domingo, 18 de julio de 2010


Melanie

Prologo (Recordando)

Era de noche y todo me resultaba muy familiar. Me encontraba sentada en la parte trasera de un audi a4 rojo y a mi lado, una niña de aproximadamente 13 años, sus cabellos se teñian de un rubio ceniza, y sus ojos, minúsculos, pero alentadores, me observaban atentamente, pronto me di cuenta que esa niña era yo.
Esperé a que me dijera algo pero seguía sin hablarme solo me miraba, moví las manos en frente de sus ojos pero seguía sin reaccionar, supuse que no me podía ver.
Todo lo que veía era lo habitual cuando volvíamos a casa, mi padre conduciendo, mi madre cantando y yo mirando por la ventana, pero sentía como si esto lo hubiera vivido yo antes, mi yo pequeña se giro para mirar por la otra ventana cuando puso una cara horrorizada de lo que pasaba allí fuera, me asomé yo también y lo que vi me hizo recordar, como es posible que fuera tan malvada mi mente y me hiciese esto, el ferrari negro como ya sabía se iba acercando peligrosamente y mis padres no se enteraban solo yo me entere.
-¡¡PAPA!!¡¡ girate no ves como se esta acercando ese coche!!- le grité histérica, pero sabía que todos los intentos para impedirlo eran en vano porque no me oían. Sentía como se desbordaban por mis mejillas las lagrimas de sufrimiento e impotencia.
El coche ya se había acercado lo suficiente para que se diera cuenta mi padre, para que mi madre pusiera una cara de horror y para que Melanie estuviera llorando como yo lloro ahora mismo, porque ver la situación en que estuvimos me hacía sentirme impotente de no poder hacer nada ahora mismo, para ayudarnos, porque sabia el terrible final y no quería volver a revivirlo, mi padre lo intentaba esquivar y yéndose para la derecha pero el ferrari se iba acercando también mas, hasta que llegamos al borde del precipicio y el ferrari dio el último toque, del final.

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Abrí los ojos y me encontraba en el parque de Arizona, la última vez que fuí allí fue cuando a la semana del accidente me dijeron que se murió mi padre y yo me fui corriendo hasta aquí, el único lugar donde me sentía completa porque este sitio era donde siempre iba con mi padre de pequeña y jugábamos horas y horas hasta que mi madre nos llamaba para que fuéramos a cenar, este lugar me recordaba a él. Comencé a correr hasta donde se encontraban los columpios, lo que me temía, allí estaba yo, llorando, sola, esperando a que mi padre viniera y me dijera que todo había sido un sueño, pero eso no paso me quedé horas y horas, pero no me acordaba de mucho para mi era como una nube blanca tapando estos recuerdos, me quedé sentada en un banco muy próximo que me daba buena vista hasta donde yo me encontraba y así poder ver lo que ocurría.
No se cuanto tiempo paso, pero una niña de también unos 13 años con el pelo castaño oscuro se acerco a Melanie.
-Hola, me llamo Laura, ¿qué te pasa?-se presentó y Melanie se sorbió la nariz y limpiándose las mejillas empapadas de lagrimas.
-Hola, yo me llamo Melanie- se presentó pero en la ultima silaba se le quebró la voz.
-Oye no te pongas así, seguro que todo se arregla-le dio apoyo y le cogió de la mano estirándola con todas sus fuerzas- ven vamos te voy a enseñar una cosa-
-No enserio no tengo ganas-
-Venga ven, no quiero que estés así, sabes tengo un presentimiento de que vamos a ser muy buenas amigas, venga vamos te voy a comprar un colgante y también a mi como signo de amistad-
- Pero si no te conozco de nada-
-Bueno ya veras como seremos muy buenas amigas-
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